COMIDAS TÍPICAS
La comida de Norte de Santander es tan original y agradable
como sus habitantes. Los platos de la región son sencillos de preparar y
satisfacen el paladar de sus habitantes.
Entre los platos típicos que se ofrecen en el departamento,
se destaca el sancocho campesino, el Mute, plato regional por excelencia, las
Hayacas, de forma alargada y rectangular, el Cabrito, que se consume asado o
cocido, los Pasteles de Garbanzo, que son una especie de empanadas y los
envueltos de maíz. También son famosos entre los visitantes, el Rampuche y el
Panche.
Rampuchada: el secreto de la
eterna juventud
Las aguas de algunos ríos de
Norte de Santander esconden un legado de la cultura indígena y lo que sería,
tal vez, el secreto de la eterna juventud: el rampuche, pez que únicamente se
da en esta zona del mundo.
El rampuche, se conoce
científicamente como Pimelodus blochii y es un pez que solo se da en el río
Catatumbo y Sardinata asi como otros afluentes como El Zulia, Pamplonita,
Peralonso, Tibú y San Miguel. Este producto se conserva y madura en congelación
(el tiempo recomendado en refrigeración es de máximo un mes).
Se compone de un consomé de
rampuche con base de leche o agua, galleta de soda y cilantro y va acompañado
de rampuches bañados en salsa criolla, yuca y plátano al vapor.
La historia de su creación empieza
con la cacica Zulia, una mujer que andaba en la lucha por no dejarse amedrantar
por los españoles, dio origen a uno de los platos más representativos del
circuito turístico río del sol.
Con sangre de mando y llena de
valor para reemplazar a su padre muerto, alimentaba a su ejército de indígenas
con pescado que extraían del río al que la mujer le dejó su nombre.
A mediados del siglo 16, esta
mujer mandaba a sus cocineras a preparar un enorme caldo, que servían con
rampuche, un pez pequeño, feo y bigotudo.
Fue Sofía Ortiz, una
boyacense, quien reformuló el plato que hoy conocemos y lo llamó rampuchada. En
1982, Ortiz reemplazó el caldo por changua y puso los rampuches a cocer.
La historia es de Édgar
Alberto Correa Ortiz, hijo de la boyacense, y el sabor de hoy, que él conserva,
es el que ella creó. Hoy, la rampuchada se acompaña con plátano y yuca.
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